Los años del hambre

En su película de tintes autobiográficos, Jutta Brückner muestra a la niña Ursula Scheumann, que a los 13 años empieza a dudar del mundo ideal de los adultos y de la época de Adenauer. Tras su primera menstruación, percibe con mayor claridad el despertar de su sexualidad y la hostilidad sexual de su madre. Al mismo tiempo, descubre que su padre tiene una amante y que también, desde el punto de vista político, es un hipócrita. Sin embargo, sus preguntas y sus dudas se topan con un silencio ignorante. Más tarde, conoce a un hombre norafricano, su primer amante, por el que se siente comprendida y con el que discute sobre la guerra de Argelia y la lucha de liberación anticolonial. Hungerjahre es una película autobiográfica y muchos de sus motivos se remontan a experiencias personales de la vida de Jutta Brückner. Sin embargo, es también el retrato de una generación de jóvenes en la época de la Restauración de la República Federal Alemana. Cuanto mayor era la riqueza exterior, más acuciante y oculta era el hambre espiritual. La película pretende revelar el condicionamiento que incluso las madres maltratadas infligen a sus hijas y nos confronta con una pregunta fundamental: "¿Cómo se puede vivir dentro y fuera al mismo tiempo?" y nos deja, al final, con un mensaje, "si quieres marcar una diferencia, tienes que hacer algo diferente". En la película, Úrsula quema fotos y, al mismo tiempo, sigue la sentencia de Goethe: "Y mientras no tengas esto, Esto: ¡Muere y conviértete! No eres más que un lúgubre huésped en la tierra oscura". "El rigor de la película procede del rigor de la perspectiva elegida: seguir las huellas de los años cincuenta desde lo visible hasta lo invisible, desde las cicatrices de un individuo hasta los estigmas del sujeto que debe sufrir la historia. Hungerjahre muestra con exactitud y autenticidad las costuras opresivas entre la historia exterior de una época y la historia interior de un individuo, como rara vez ocurre en una película sobre esta época. La historia de la niña que es curvada en el tiempo para que no pueda convertirse en mujer, el crecimiento económico y la pérdida emocional o la glotonería y el miedo a la vida, son partes sobrepuestas de una historia más general que tiene la virtud de no instrumentalizar la narración individual como un mero ejemplo o una ilustración". (Gertrud Koch) "Una película austera, quebradiza y también muy bella, que capta con precisión los recuerdos, individuales y colectivos de la juventud de una niña en los años 50 en Alemania Occidental". (Basler Zeitung)