Inquietante y amenazador, pero de una belleza hechizante. El agreste paisaje de los pantanos ha alimentado durante mucho tiempo nuestra imaginación e inspirado el ingenio con sus imágenes terroríficas y profundamente románticas.
Amplios brezales abiertos, azotados por el viento y yermos en invierno, se transforman en alfombras de blanca y esponjosa hierba de algodón en verano. Grandes osos y lobos deambulan junto al delicado aleteo de las mariposas y la llamada del urogallo negro hace eco a los encantadores trinos de la agachadiza común. Hay páramos, turberas y humedales por toda Europa. Seguro que todo el mundo ha oído hablar de los pantanos, pero la mayoría sabe poco sobre este habitat.
Inquietante y amenazador, pero de una belleza hechizante. El agreste paisaje de los pantanos ha alimentado durante mucho tiempo nuestra imaginación e inspirado el ingenio con sus imágenes terroríficas y profundamente románticas.
Amplios brezales abiertos, azotados por el viento y yermos en invierno, se transforman en alfombras de blanca y esponjosa hierba de algodón en verano. Grandes osos y lobos deambulan junto al delicado aleteo de las mariposas y la llamada del urogallo negro hace eco a los encantadores trinos de la agachadiza común. Hay páramos, turberas y humedales por toda Europa. Seguro que todo el mundo ha oído hablar de los pantanos, pero la mayoría sabe poco sobre este habitat.