La grabación constituye la cuarta y última parte de la obra maestra de Wagner, su épico ciclo del Anillo. El célebre intérprete de Wagner Peter Konwitschny puso en escena un revolucionario "Götterdämmerung" en la Ópera de Stuttgart. Lejos de perderse en los extensos contextos mitológicos, esta puesta en escena se concentra, más bien, en las motivaciones, sentimientos e impulsos inmediatos de los personajes. En lugar de dioses que esperan la noche en su impresionante salón, la acción transcurre en el sencillo escenario de madera de una compañía de teatro ambulante.
La última ópera del ciclo del Anillo narra cómo el Anillo y su maldición provocan la caída de los dioses y el trágico final del amor de Sigfrido y Brünnhilde. Cuando la muerte de Brünnhilde se convierte en un acto de redención para los dioses y todos los seres vivos, amanece una nueva era de esperanza.
"Es muy probable que el Anillo de Stuttgart concebido por Klaus Zehelein sea recordado en un futuro próximo como un punto de inflexión wagneriano, como lo fue el de Wieland Wagner en la década de 1950". (Opernmagazin)
La grabación constituye la cuarta y última parte de la obra maestra de Wagner, su épico ciclo del Anillo. El célebre intérprete de Wagner Peter Konwitschny puso en escena un revolucionario "Götterdämmerung" en la Ópera de Stuttgart. Lejos de perderse en los extensos contextos mitológicos, esta puesta en escena se concentra, más bien, en las motivaciones, sentimientos e impulsos inmediatos de los personajes. En lugar de dioses que esperan la noche en su impresionante salón, la acción transcurre en el sencillo escenario de madera de una compañía de teatro ambulante.
La última ópera del ciclo del Anillo narra cómo el Anillo y su maldición provocan la caída de los dioses y el trágico final del amor de Sigfrido y Brünnhilde. Cuando la muerte de Brünnhilde se convierte en un acto de redención para los dioses y todos los seres vivos, amanece una nueva era de esperanza.
"Es muy probable que el Anillo de Stuttgart concebido por Klaus Zehelein sea recordado en un futuro próximo como un punto de inflexión wagneriano, como lo fue el de Wieland Wagner en la década de 1950". (Opernmagazin)