Georgien, die Wiege des Weins

En la época soviética, Georgia era considerada la bodega de la URSS. Incluso tras el colapso del gigantesco imperio, el vino siguió siendo uno de los productos de exportación más importantes del país. Solo desde que Rusia impuso un embargo, las exportaciones han caído drásticamente y Georgia está buscando nuevos mercados de venta. Esto se debe a que la viticultura en el Cáucaso sigue funcionando a toda velocidad, incluso ganando en eficacia año tras año. Los pequeños agricultores, las cooperativas libres y las bodegas de estilo occidental compiten por el rendimiento y la calidad. 360°- GEO Reportage muestra una región vinícola en transición, dividida entre una tradición milenaria, la herencia soviética y las exigencias del mercado moderno. En Georgia, cuando se saludan, no se preguntan «¿cómo estás?», sino «¿cómo está tu viña?». Aquí, el vino es sagrado. Los expertos incluso creen que Georgia es uno de los países de origen de la viticultura; las vides se han cultivado en condiciones climáticas y geológicas ideales durante miles de años. En la época soviética, el país abastecía a toda la URSS con el tradicional vino dulce. Alrededor del 85 % de la producción se exportaba. Tras el colapso del sistema comunista, Rusia seguía siendo el mayor comprador; sin embargo, desde que se han producido fuertes conflictos entre los dos países y Moscú ha impuesto un embargo, Georgia ha sufrido un problema de ventas. Esto se debe a que se sigue cultivando y cosechando vino. Con el fin de ser competitivos en el mercado mundial y atraer a nuevos clientes, los viticultores georgianos buscan estrategias para comercializar sus productos a nivel internacional. Uno de ellos es Dato Maïsouradzé. Junto con otros viticultores, está tratando de consolidar el vino georgiano como una marca de calidad. No es una tarea fácil, ya que hasta ahora la producción ha tendido a seguir el principio de la cantidad en lugar de la calidad. Además, tras los años de la economía planificada comunista, cada viticultor trabajaba solo en su propia parcela. Estas personas siguen asociando las cooperativas con la temida tutela y el control estatal. No obstante, Dato Maïsouradzé quiere ganarse a los agricultores y aunar sus fuerzas de forma rentable. Sus esfuerzos están empezando a dar sus frutos: ¿está el futuro del vino georgiano en China?