El vino nace del encuentro entre la tierra, el cielo y las personas. Cada año, en Borgoña, la vendimia es una auténtica leyenda. El trabajo en los viñedos y en las bodegas a lo largo de las estaciones da como fruto un vino excepcional, vivo, muy codiciado y admirado en todo el mundo: Romanée-Conti, Gevrey-Chambertin, Chambolle-Musigny, Mersault, Volnay... Estos vinos llevan consigo la tierra de la que brotaron, así como el alma de los trabajadores que les dieron vida.
El vino nace del encuentro entre la tierra, el cielo y las personas. Cada año, en Borgoña, la vendimia es una auténtica leyenda. El trabajo en los viñedos y en las bodegas a lo largo de las estaciones da como fruto un vino excepcional, vivo, muy codiciado y admirado en todo el mundo: Romanée-Conti, Gevrey-Chambertin, Chambolle-Musigny, Mersault, Volnay... Estos vinos llevan consigo la tierra de la que brotaron, así como el alma de los trabajadores que les dieron vida.