¿Qué podría ser más común que un festival de música? Consolidados dentro del mainstream desde el legendario Woodstock, los festivales de música parecen no ser más que entretenimiento y cultura de masas. ¿Ha desaparecido “la protesta” del ADN de los asistentes? El microcosmos de “una ciudad” de cincuenta mil personas en erupción durante cinco días dedicados enteramente a la juventud, la música y el consumo, ¿no es también el reflejo de la sociedad, de su evolución, sus apuestas y sus excesos?
El Festival de Música de Dour, en Valonia, es uno de los mayores de Europa y el ejemplo perfecto para observar y documentar en qué consisten estas fiestas de larga duración. Durante casi dos años los cineastas siguieron a los responsables del festival, a los programadores –en su búsqueda de bandas únicas y originales–, así como a la policía, la Cruz Roja, los bomberos y a los diversos servicios de seguridad durante la laboriosa preparación del festival, atravesando con ellos un periodo post atentados, que conlleva traumas y problemas.
Durante cinco días, con sus noches, el documental se centra en los asistentes, muestra cómo lo viven desde dentro y se pregunta ¿un festival es hoy en día una suerte de rito iniciático?
¿Qué podría ser más común que un festival de música? Consolidados dentro del mainstream desde el legendario Woodstock, los festivales de música parecen no ser más que entretenimiento y cultura de masas. ¿Ha desaparecido “la protesta” del ADN de los asistentes? El microcosmos de “una ciudad” de cincuenta mil personas en erupción durante cinco días dedicados enteramente a la juventud, la música y el consumo, ¿no es también el reflejo de la sociedad, de su evolución, sus apuestas y sus excesos?
El Festival de Música de Dour, en Valonia, es uno de los mayores de Europa y el ejemplo perfecto para observar y documentar en qué consisten estas fiestas de larga duración. Durante casi dos años los cineastas siguieron a los responsables del festival, a los programadores –en su búsqueda de bandas únicas y originales–, así como a la policía, la Cruz Roja, los bomberos y a los diversos servicios de seguridad durante la laboriosa preparación del festival, atravesando con ellos un periodo post atentados, que conlleva traumas y problemas.
Durante cinco días, con sus noches, el documental se centra en los asistentes, muestra cómo lo viven desde dentro y se pregunta ¿un festival es hoy en día una suerte de rito iniciático?