Mientras un organillo comienza a tocar su canción una y otra vez, todo en este cortometraje está en constante movimiento.
El título literalmente marca el tono en este collage colorado de escenarios trepidantes de personas y lugares. La música y las imágenes están perfectamente coordinadas. Lo más destacado de este caleidoscopio es la mezcla de escenas reales y grabaciones de mundos de juguete con personajes de juguete, que se fusionan perfectamente entre sí. Todo está en perspectiva: ferries y coches, personas y tranvías, bicicletas y edificios. Todo esto da como resultado un enjambre colorado y hace que la realidad y el mundo del juego parezcan un mecanismo de relojería con el sonido mecánico de una mini zanfona. Sin embargo, esta cadena de imágenes cotidianas, grabadas a cámara rápida, se agota con bastante rapidez y pierde su fascinación tras su encanto inicial, con la última nota de la pequeña melodía Hurdy Gurdy.
Mientras un organillo comienza a tocar su canción una y otra vez, todo en este cortometraje está en constante movimiento.
El título literalmente marca el tono en este collage colorado de escenarios trepidantes de personas y lugares. La música y las imágenes están perfectamente coordinadas. Lo más destacado de este caleidoscopio es la mezcla de escenas reales y grabaciones de mundos de juguete con personajes de juguete, que se fusionan perfectamente entre sí. Todo está en perspectiva: ferries y coches, personas y tranvías, bicicletas y edificios. Todo esto da como resultado un enjambre colorado y hace que la realidad y el mundo del juego parezcan un mecanismo de relojería con el sonido mecánico de una mini zanfona. Sin embargo, esta cadena de imágenes cotidianas, grabadas a cámara rápida, se agota con bastante rapidez y pierde su fascinación tras su encanto inicial, con la última nota de la pequeña melodía Hurdy Gurdy.